Después de una fiesta de despedida bien rociada, nos despertamos temprano y nos tiramos al agua una última vez en las aguas caribeñas. Levantamos la vela a las 10 de la mañana y nos hacemos mar adentro. Las primeras horas están soleadas pero acompañadas por un mar bastante agitado.
De fuerza 5, el mar nos está haciendo daño, o más bien nos revuelve las tripas… Los grumetes que somos están haciendo su bautismo! Por el atardecer, Cécile tiene que subir al mástil para reparar el lazy-Jack. Después del segundo día, el generador del velero nos abandona, y el generador de socoro no nos hace caso. Bueno… ¿en qué maldito rollo nos metimos? ¡Qué no cunda el pánico!, la naturaleza está bien hecha y dejó a unas millas de acá un archipiélago: las Bermudas. El tercer día, el mareo no es más que un viejo recuerdo, y solo nos quedan dos días de navegación para llegar a nuestra nueva destinación. El mar se hizo más tranquilo, dejándonos divisar entre dos olas el soplo de las ballenas, o un trio de delfines jugar a la delantera del velero! Cuando no estamos manejando, vamos durmiendo, leyendo o comiendo. Este último placer simple le gusta especialmente a Line, nuestra compañera, quien de verdad es una cocinera excelente.
Quinto día, estamos llegando en las Bermudas. Es precioso, pero demasiado tranquilo. La temporada turística termino ya, así que solo quedan unos marineros haciendo escala, y los habitantes de la isla, fácilmente reconocibles gracias a sus vestidos: calcetines subidas hasta las rodillas, y entonces hasta el inicio de sus bermudas. Increíble pero verdadero, este famoso pantalón corto viene de las Bermudas! Nos quedamos dos noches en el fondeadero de St David. Es suficiente para hacer le conocimiento de otras tripulaciones con las cuales vamos discutiendo en el único bar abierto del puerto. También visitamos sus veleros, y nos hacemos de pronto verdaderas expertas… catamaranes de lujo, goletas… nada más tiene secreto para nosotras.
Y de repente llega el día de hacernos mar adentro otra vez. Últimas compras y noticias para la familia… largamos de nuevo las amarras, saliendo para las Azores.