Ya está, ¡la aventura Incahuella está terminada! Diez y ocho meses de viaje, diez y ocho meses de paisajes que dejan sin aliento, diez y ocho meses de encuentros extraordinarios, pero todo eso, lo saben ya, les contamos todo durante nuestro periplo. Entonces, para terminar elegantemente nuestros relatos, les proponemos un resumen de nuestras mejores anécdotas, picantes o espantosas… Bueno, vamos ya con la verdad sobre Incahuella!
Auto-stop el más loco
- Para salir de Patagonia, levantamos el pulgar, una auto se para, un poco bruscamente, pero bueno… Embarcamos, y 5 minutos luego, casi terminamos en la cuneta después de un increíble bandazo dado por nuestro conductor, para “evitar un bache”. Luego, pasamos muy cerca del talud. Guinda del pastel, nos apercibimos que los frenos no funcionan más, cuando de repente, llega el paso de un puente estrecho, debajo de una enorme pendiente, con un camión que llega enfrente… “ojala que no se meta, ojala que no se meta!”. ¡Uf, ya paso… nos libramos de una buena! Por fin, el alivio, nuestro conductor para. “Chicas, si quieren, mañana me voy para Puerto Montt, si me esperan, las puedo traer”…
- Estamos intentado irnos del Perito Moreno, para volver a El Calafate. Todos los autos nos ignoran. Al final, un camión volquete se para. El camionero baja y le da tres golpes al volquete. Nosotras vamos preguntándonos por qué, cuando de repente, surgen una, luego dos, luego 15 cabezas por encima del camión. ¡Si pues, parece que no estamos las únicas haciendo dedo aquí en la zona!
- Para llegar al parque nacional Queulat, el camino es largo y poco frecuentado… Desesperamos con encontrar un vehículo, y caminamos desde un buen rato ya. Justo, una jeep del ejército chileno se para, nos hacen señas para que subamos rápido, y arrancan en seguida. Apiñadas atrás, entendemos mejor porque tenían tanta prisa: varios autobuses de jóvenes soldados van siguiendo de cerca, y no les hace falta que las reclutas vean a sus jefes llevarse tres señoritas que iban haciendo dedo, les haría cotillear!
Encuentros francamente insólitos
- Otra vez mas practicando nuestra actividad favorita: el autostop, esta vez es el diputado de la región de Frutillar quién nos deja subir a su auto, porque hoy día, su chauffeur está de vacaciones. Poco a poco, no solo nos permitirá celebrar el año nuevo mapuche en el seno de una comunidad, pero además nos encontrara un lugar donde quedarnos y nos invitara a una parrillada de lujo (con actividad karaoke incluida) en su casa.
- En la región de Magallanes, queremos ver pingüinos de Humboldt… Hace ya un buen rato que vamos caminando en esa maldita carretera apenas transitable, siendo presas del viento que sopla en la pampa patagónica. De repente, Juan llega con su pick-up y para para nosotras. Nos invita a ver el esquileo de sus ovejas en su estancia, y luego a tomar la once. Nos ofrece luego las llaves de su casa para dormir en un lugar caliente, ya que la casa está vacía. Al día siguiente, tomamos el café con la señora encargada de la estancia antes de irnos. Resultado: un café con leche acompañado por 6 chuletas de cordero cada una a las 9 de la mañana… ¡cuesta bastante!
- Estamos en medio del campo boliviano. Nadie ni nada al horizonte, el agua empieza a hacernos falta. Afortunadamente, una aldea aparece en la falda de la montaña. Rellenamos nuestras botellas al pozo, y seguimos nuestro camino. Apenas salidas del pueblito, un viejo nos llama y nos regala tumbos, frutas acidas que crecen por acá. Ese regalo nos hace felices y demuestra la generosidad de la gente del campo. Pero al final, no fue sin interés, ya que de prisa el viejo nos explica cómo les duelen sus dientes, y nos pide medicamentos en cambio de las frutas!
Camping el más horrible
- Torres del paine, 3era noche, estamos atacadas por una pandilla de mosquitos hambrientos y sanguinarios… Para escaparlos, armamos la carpa en medio del sendero, sobre piedras, sin espacio, y en pendiente. Está lloviendo, los insectos intentan encontrar una vía de acceso hacia nuestras venas, afortunadamente, la mosquitera es eficiente. Pero hace falta encender la cocinilla para preparar la sopa y los fideos, única verdadera comida del día… ¿quien es voluntaria? ¡¿Nadie?! Bueno, vaya para una sopa fría y tres galletitas… Mmmm…
- Estamos en medio-otoño, dejamos atrás La Junta en Patagonia y buscamos donde acampar. Pero nada grandioso se presenta. Terminaremos armando la carpa de noche, sobre un terreno en pendiente lleno de boñigas… La noche será el teatro de una lluvia torrencial y el frio es… ¡glacial! Al amanecer, después de no haber dormido casi nada por la noche, nos levantamos para descubrir que nuestra carpa está cubierta por una tremenda capa de hielo… ¡Si pues, hizo frio!
Esas canciones que trotaron demasiado tiempo en nuestras cabezas
- Julie la p’tite olive, de los Wriggles, durante los tres primeros meses.
- Assim voce me mata, de Michel Telo… ¡Vaya en Perú nunca paraban escucharla!
- El kuduro, de Lucenzo… como mil millones de veces la escuchamos por todas partes.
Y lo peor, es que de vuelta en Francia nos dimos cuenta de que estaban muy de moda allá también esas dos últimas! Jejeje
Los peores malos rollos
- Apenas llegamos en Bolivia, y no tenemos ni un peso chileno ni un boliviano en el bolsillo. Nos damos prisa para ir al cajero automático a sacar plata, y de repente, llego el drama… Tarjeta tragada! ¡Bienvenidas en Bolivia!
- Paso hacia Villa O’Higgins en Chile, desde El Chaltén en Argentina. Dos días de caminata para tomar un ferry que nos llevara a destinación. Salvo que no habíamos previsto que el ferry no pasaba cada día, y que tendríamos que acampar en las tierras de los habitantes… lo cuales se dan prisa para hacernos pagar el camping (en medio de un campo de vacas, sin ninguna instalación sanitaria). Ahora bien, sin plata, esta complicada la cosa! Pero por suerte, Greg estaba con nosotras! Gracias otra vez
Dejamos nuestra familia de acojo en La Paz para irnos a dar la vuelta del trek de Takesi… que nunca encontraremos! Balance, 10 horas de transportes públicos miserables ida/vuelta con nuestras mochilas enormes en las rodillas, para nada…
Situaciones graciosas o molestas
- Es el cumple de Cécile, decidimos celebrarlo en uno de los buenos restaurantes de Sucre, en Bolivia. Su regalo: un anillo de plata, escondido en su copa de vino… Una propuesta a la mesera: “Te parece tomar una copa de vino con nosotras, es su cumple, y sería más divertido compartir la botella entre cuatro que entre tres?!”. Conclusión: Pasamos por un lindo trio de lesbianas, ¡era a morirse de risa!
- Apenas llegamos en Coyhaique en Patagonia para empezar nuestro voluntariado científico con el CIEP. Un sociólogo francés está de visita para participar a una conferencia. Especializado en los viajes itinerantes y de aventura, nos está entrevistando, cuando llega esa cuestión anodina: “¿Y de qué van hablando más entre vosotras desde el inicio del viaje?”… Un poco incomodos en esa época, no nos atrevimos que nuestro tema de conversación el más recurrente, era el caca… ¡Sí pues, una preocupación cuotidiana!
- Esta mañana, los huemules nos despertaron, estamos en el medio del parque Tamango, cerca de Cochrane. Como a menudo, nos colamos en la reserva sin pagar… De repente, escuchamos un ruido de motor… Empezamos a ordenar todo para irnos lo más rápido, ni visto ni oído. Pero el jefe de los guardaparques llega y nos aborda. Un poco estrazadas, contestamos sus preguntas, y entablamos rápido una conversación interesante, la cual terminara con… ¡una oferta de trabajo!
- Cochabamba, Bolivia. Es una grande ciudad, pero los hostales para mochileros no existen por acá… Nos forcejeamos para encontrar un lugar barato donde dormir, y encontramos al final una habitación muy económica en un hostal no tan miserable. Negociamos también para que nos regalen agua hervida por la mañana para tomar el café. ¡Genial! Si, salvo que días tras días, no cabe más duda… estamos de forma clara evidente en un hostal de citas… Una mañana, escuchamos a uno de los padrotes hablar por teléfono de “tres chicas”… Pues de inmediato liamos los bártulos y nos piramos de este lugar sórdido!
Los mayores peligros
- Con Willy quien se juntó a nosotras, salimos a dar el asalto del paso Viento, desde donde el glaciar Viedma aparece en todo su grandeza. Atravesamos los innombrables brazos de un delta glaciar, caminos en los bordes de un glaciar, y empezamos a escalar un pedregal muy inclinado. Willy se lanza primero, seguido por Mathilde y luego Sara, demasiado temprano. Bajo los pies de Mathilde se descuelga una piedra enorme que corre directo hacia Sara, quien no puede moverse porque todo esta inestable bajo sus pies… Un estrés increíble nos invade a todos. Al último momento, el bloque choca contra otro. Los dos proyectiles se apartan con la fuera del choque, y pasaran por cada lado de Sara. ¡Uf!
- Ya está, vamos bajando en las pendientes heladas después de haber llegado en la cumbre del Pequeño Alpamayo, 5400m de altura. De repente, la chaqueta de Mathilde cae de su mochila y se desliza a toda velocidad hacia una grieta gigante más abajo. Se inicia entonces para Mathilde y su cordada una carrera desenfrenada, crampones bajo los pies, para alcanzar las malditas escapadas. Todo sale bien al final, la chaqueta fue alcanzada a tiempo, y nadie se enredó los pies corriendo, ni termino en la grieta; ¡Uf!
- Ya tres nuevos meses pasaron en Chile, tenemos que salir del país para volver a obtener tres meses de visa. Tomamos el camino para Mendoza, saliendo de Santiago. Único problema, un paso elevado que hay que cruzar, a los pies de la cumbre más alta de la cordillera: el Aconcagua. Una fila interminable de camiones espera para poder lanzarse, porque el paso está cerrado desde hace varios días por causa de la nieve… Cuando el paso por fin se abrió, nos subimos a uno de los camiones, conducido por un paraguayano teniendo frio y no temiendo nada… Horquillas, placas de hielo, subidas impresionantes, nada lo impide adelantar los otros camiones a toda velocidad mientras que nosotras, nos agarramos hasta que blanquean nuestras falanges, rogando para llegar vivas!
La première, et la meilleure de nos photos de groupe !
En terre de feu
C'est plus rapide en jeep
Le temps de vivre
On avale les km en Patagonie
A Torres del Paine
De beaux souvenirs
Le glacier Grey à Torres
Avec 20 personnes en stop dans un camion-benne !
Parce qu'on a quand même bossé
Les chiens errants, des amis fidèles (et collants)
Eternelles parties de ramy
Nous, craquer ? Non, jamais !
Notre jet privé ;)
De vraies bucheronnes
C'était quand même bien à Pumalin :)
Sur les pentes du volcan Osorno
Pause très naturelle
Atelier coiffure... un vrai massacre :)
Avec clairounette à Valpo
C'est bientôt le désert
Au coeur du désert d'Atacama
Balade en vélo, 35°C, 12h... il fait chaud !
Clin d'oeil
Qu'est ce qu'on se fend la pomme... euh la poire !
Un campement paradisiaque
Women vs wild
4800m, et on respire encore :)
Fait frais
Vie de camp...
A travers les hauts plateaux boliviens
Sur la route des Incas
à 5470m !
Incroyable mais vrai
Un petit air de vacances :)
Plus que deux à marcher...
Au boulot !
Direction les Galapagos